29/04/2024
INFLUENCIA PSICOLÓGICA DE LOS PROBLEMAS LABORALES. Tu identidad no depende de tu trabajo

PROBLEMAS EN EL TRABAJO: ¿CÓMO NOS AFECTAN PSICOLÓGICAMENTE Y QUÉ HACER AL RESPECTO?

Estos últimos días, por diversos motivos que no vienen al caso, he estado hablando con varios amigos sobre cómo afectan los problemas laborales a la salud mental de las personas.

Resulta crucial abordar este tema debido a la cantidad de tiempo que pasamos en nuestros empleos y a la importancia que otorgamos a nuestra vida laboral en términos de identidad personal y satisfacción general.


Antes de abordar el fin del título de este artículo, quiero empezar por el principio.

¿QUIÉN ERES, QUÉ ERES?, ¿ESTÁS DEFINIDO POR TU PROFESIÓN?

En nuestra sociedad, es frecuente que relacionemos a una persona con su trabajo. Así, cuando nos presentan a alguien como: «Mira, éste es Juan y es arquitecto», puede parecer que toda la identidad de Juan queda resumida en su profesión. Esta forma de identificar a las personas reduce su complejidad y riqueza a un solo aspecto, el laboral.

Esta simplificación puede ser peligrosa, ya que coloca a la profesión en el centro de la identidad de la persona. Pero, ¿Qué ocurre si Juan, por cualquier motivo, deja de ser arquitecto?, ¿Dejará de ser él mismo?

Es crucial comprender que una profesión es solo una parte de quien somos, no la totalidad. Somos mucho más que la ocupación a la que dedicamos nuestro tiempo. Somos las relaciones que mantenemos, las experiencias que vivimos, las aficiones que disfrutamos, nuestras creencias, valores, deseos y sueños.

 

La multiplicidad de la identidad

La identidad humana es un constructo multifacético. Está compuesta por muchos elementos, desde nuestra personalidad, pasando por nuestros roles sociales (como ser padre, amigo, vecino) hasta nuestras habilidades y pasiones. El trabajo es solo uno de estos muchos aspectos que conforman nuestra identidad.

Reducir a una persona a su trabajo es un enfoque reductivo que limita su percepción de sí misma y la forma en que otros la ven. Si esta percepción se convierte en la norma, puede llevar a una crisis de identidad si ese rol laboral cambia o desaparece.

 

Romper con la identificación laboral

Es fundamental aprender a separar nuestra identidad de nuestra ocupación. Para ello, podemos empezar por reflexionar sobre quiénes somos fuera del trabajo, cuáles son nuestras pasiones, qué valoramos y qué otras roles ocupamos en la vida.

También es importante aprender a valorarnos por lo que somos, no por lo que hacemos. Nuestra valía como personas no debe estar atada a nuestra productividad o éxito laboral.

 

Fomentar una identidad equilibrada

Crear una identidad equilibrada implica dar importancia a todos los aspectos de nuestra vida, no solo al laboral. Esto nos puede ayudar a tener una mayor resistencia frente a los cambios y las dificultades en el trabajo.

Por tanto, si Juan deja de ser arquitecto, seguirá siendo Juan. Seguirá siendo el amigo, el hermano, el amante de la música, el apasionado por la naturaleza. Seguirá siendo todo lo que es, porque él es mucho más que su profesión.

 

LA PRESIÓN DEL RENDIMIENTO Y LA AUTOIMAGEN

 

LA PRESIÓN DEL RENDIMIENTO Y LA AUTOIMAGEN

La autoimagen es la visión que tenemos de nosotros mismos, y la presión por rendir en el trabajo puede tener un gran impacto en ella. En nuestra cultura del rendimiento, a menudo nos evaluamos y somos evaluados por lo que logramos en nuestros roles laborales.

El estrés asociado a la consecución de objetivos puede ser abrumador. Esto puede deberse a la creencia de que no se tienen las habilidades suficientes para alcanzar dichos objetivos, o simplemente al miedo al fracaso. El temor a defraudar las expectativas de los demás y las nuestras propias puede desencadenar una cantidad considerable de estrés y ansiedad.

 

El temor al fracaso

El temor al fracaso es una de las presiones más grandes que podemos enfrentar en el trabajo. Este temor puede venir de la posibilidad de perder nuestro trabajo, de no cumplir con las expectativas o de no ser reconocidos por nuestros logros. Puede generar emociones negativas, como la vergüenza o la culpa, que a su vez pueden erosionar nuestra autoimagen y autoestima.

 

El estrés y la salud mental

El estrés constante puede tener efectos perjudiciales para nuestra salud mental. Puede causar agotamiento, ansiedad, depresión y otros problemas de salud mental. También puede afectar nuestro bienestar físico, provocando trastornos del sueño, problemas de alimentación y enfermedades físicas.


 

EL DESCENSO DE CATEGORÍA LABORAL

Un descenso de categoría laboral puede ser una experiencia desmoralizadora. Este cambio puede llevar a la persona a cuestionar su valía y competencia. La pérdida de estatus, responsabilidad y, en ocasiones, ingresos, puede dañar seriamente la autoestima y la autoimagen de una persona.

 

La valía más allá del trabajo

Es crucial recordar que nuestra valía no está determinada por nuestro trabajo ni por nuestra posición en él. Somos valiosos por quienes somos como personas, no por lo que hacemos en nuestros trabajos. Es vital resistir la tentación de vincular nuestra autoestima a nuestra posición laboral.

 

La adaptación al cambio

Una degradación laboral puede ser un golpe duro, pero también puede ser una oportunidad para el crecimiento y el desarrollo personal. Podemos aprender a adaptarnos a los cambios, a manejar la adversidad y a ver las situaciones desde una nueva perspectiva. Podemos aprender nuevas habilidades, buscar nuevas oportunidades y, en última instancia, reconstruir nuestra autoimagen de una manera más resiliente y equilibrada.

 

EL ACOSO LABORAL, MOBBING Y EL OSTRACISMO PROFESIONAL

 

EL ACOSO LABORAL Y EL OSTRACISMO PROFESIONAL

El acoso laboral, también conocido como mobbing, y el ostracismo profesional son formas de violencia psicológica en el trabajo que pueden tener efectos devastadores en la salud mental y física de un individuo.

El acoso laboral puede presentarse de diversas formas, desde el menosprecio y la humillación hasta la intimidación y la amenaza. Esta constante degradación puede causar una grave erosión de la autoconfianza y la autoimagen, llevando al individuo a cuestionar su competencia y valía.

El ostracismo profesional, por su parte, se refiere al aislamiento social o la exclusión en el entorno laboral. Esta exclusión puede ser tanto física como psicológica, y puede llevar a la persona a sentirse invisible o insignificante.

 

Consecuencias del acoso y el ostracismo

Las consecuencias de estas experiencias pueden ser graves. Además de la merma en la autoconfianza y la autoimagen, pueden llevar a un aislamiento social, ya que la víctima puede empezar a evitar interacciones sociales por miedo o ansiedad. La productividad también puede verse afectada, ya que la víctima puede tener dificultades para concentrarse o motivarse debido al constante estrés y ansiedad.

En el peor de los casos, estas experiencias pueden desencadenar enfermedades físicas y mentales. El estrés crónico puede llevar a problemas de salud como hipertensión, trastornos del sueño y enfermedades del corazón. En cuanto a la salud mental, el acoso y el ostracismo pueden provocar depresión, ansiedad y, en algunos casos, pensamientos suicidas.


 

LAS EXPECTATIVAS SOCIALES Y LABORALES

Vivimos en una sociedad que valora en gran medida el éxito laboral. Desde pequeños, nos enseñan que debemos esforzarnos por tener una carrera exitosa, y esta presión puede ser intensa.

 

El peso de las expectativas

Cuando estas expectativas no se cumplen, podemos experimentar sentimientos de fracaso y desesperanza. Estos sentimientos pueden ser especialmente intensos si hemos internalizado la idea de que nuestro valor como personas depende de nuestro éxito laboral.

El incumplimiento de las expectativas puede afectar seriamente nuestra autoestima. Podemos empezar a ver nuestros fracasos laborales como fracasos personales, lo que puede llevar a una visión negativa de nosotros mismos.

 

Desarrollando resistencia a las expectativas

Para manejar esta presión, es esencial aprender a separar nuestra valía de nuestro rendimiento laboral. Debemos recordar que somos mucho más que nuestro trabajo y que nuestro valor como personas no depende de nuestro éxito laboral.

Además, es importante aprender a manejar nuestras expectativas. En lugar de aspirar a la perfección, debemos esforzarnos por hacer lo mejor que podamos y aceptar que los fracasos y los contratiempos son parte del proceso.

 

HERRAMIENTAS PARA MANEJAR ESTOS PROBLEMAS MOBBING SKILLS

 

HERRAMIENTAS PARA MANEJAR ESTOS PROBLEMAS

Los problemas laborales pueden ser duros, pero no insuperables. Existen varias herramientas que pueden ser de gran ayuda para afrontar y superar estos desafíos.

 

Autoconsciencia

La autoconsciencia es la habilidad de entender y reconocer nuestras emociones, pensamientos y comportamientos. Ser conscientes de cómo nos sentimos y cómo reaccionamos ante ciertas situaciones puede ser un primer paso crucial para manejar las dificultades laborales.

Una forma de fomentar la autoconsciencia es a través de la reflexión y la introspección. Llevar un diario de nuestras experiencias y emociones puede ayudar a identificar patrones y disparadores de estrés. Hablar con un amigo de confianza o un consejero también puede proporcionar una perspectiva externa valiosa.

 

Resiliencia

La resiliencia es la capacidad de adaptarse y recuperarse de las adversidades. En el contexto laboral, esto puede implicar la capacidad de mantenerse firme ante las críticas, aprender de los fracasos y seguir adelante a pesar de las dificultades.

Para desarrollar la resiliencia, es útil recordar que los contratiempos son temporales y forman parte de la vida. No definen quiénes somos ni limitan lo que podemos lograr. Además, cada desafío es una oportunidad de aprendizaje que puede fortalecernos a largo plazo.

 

Apoyo social

El apoyo social puede ser una herramienta esencial para manejar el estrés laboral. Contar con una red de amigos, familiares y colegas que proporcionen apoyo emocional, consejos prácticos y una perspectiva diferente puede ser muy valioso.

Además del apoyo social informal, puede ser útil buscar apoyo profesional. Los psicólogos, los consejeros y los trabajadores sociales tienen la formación y las habilidades necesarias para ayudar a las personas a manejar el estrés laboral y a desarrollar estrategias efectivas para hacer frente a los desafíos laborales.


 

CONCLUSIÓN

A lo largo de nuestras vidas, enfrentamos una serie de desafíos laborales que pueden resultar estresantes y hasta abrumadores. Estos desafíos pueden ser desde la presión del rendimiento y las expectativas laborales, hasta el acoso laboral y el ostracismo profesional. No obstante, no importa cuán difíciles sean estos retos, no son insuperables. Con autoconsciencia, resiliencia y apoyo social, podemos manejar estos desafíos de manera efectiva y mantenernos resilientes a pesar de las adversidades.

Recordemos, sin embargo, una idea fundamental: nuestra valía no está definida por nuestro trabajo ni por el éxito que logremos en él. En la sección «¿Quién eres, qué eres?», discutimos cómo nuestra sociedad tiende a definirnos por nuestras profesiones. Pero somos mucho más que nuestras carreras. Somos personas con una rica variedad de experiencias, pasiones, habilidades y relaciones. Somos individuos únicos y valiosos, independientemente de nuestro estatus o éxito laboral.

Además, cada uno de nosotros tiene la capacidad de crecer y aprender de las experiencias, incluso de las más difíciles. Los contratiempos laborales, aunque dolorosos, pueden ser oportunidades de aprendizaje que nos permiten desarrollar nuevas habilidades, fortalecer nuestra resiliencia y ganar una mayor autoconsciencia.

Finalmente, es vital recordar que no estamos solos en estos desafíos. El apoyo social es una herramienta valiosa que puede ayudarnos a manejar el estrés laboral. Ya sea que este apoyo provenga de amigos, familiares, colegas o profesionales de la salud mental, no debemos subestimar su poder para ayudarnos a superar las dificultades laborales.

En última instancia, cada desafío que enfrentamos es una parte de nuestro viaje, no el destino final. Y en cada paso de este viaje, debemos recordar mantener nuestra autoestima y autoimagen separadas de nuestra profesión y rendimiento laboral. Después de todo, somos mucho más que lo que hacemos para ganarnos la vida.

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